Con esta nueva etapa de la cuarentena más endurecida, muchos rubros que habían sido exceptuados, esta semana deberán cerrar sus puertas. Mientras tanto, algunos comercios buscan la manera de reinventarse para poder seguir en actividad.

Por caso, el restó Mala Cara ubicado en el corazón del barrio de Recoleta, se transformó en almacén gourmet. El local emplazado en Marcelo T. de Alvear al 1500 se suma a la lista de establecimientos que tuvieron que barajar y dar de nuevo en esta crisis por el COVID-19.

El tradicional bistró a las brasas ahora se pasó al bando de los esenciales mediante la venta de quesos, fiambres, vinos, aceite, dulces y chocolates, entre otros. Los vecinos tienen la posibilidad de ingresar al negocio que posee todas las medidas de seguridad.

Además cuenta con el servicio de entrega por delivery. Los clientes pueden realizar los pedidos por vía teléfonica o a través de WhatsApp. Tal es así que ofreció el envío de tablas de picadas a domicilio con motivo del día del padre.

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